viernes, 15 de marzo de 2024

martes, 12 de marzo de 2024

 

Innisfree.

Acaba de ser emplazado en el lobby de la Arbeiter-Samariter-Bund (centro de refugiados) un lienzo pintado por mí en el mes de febrero. La temática es la emigración, el descubrimiento de un nuevo hogar para aquellos que salen de su país huyendo del hambre y la represión.

Fue un proceso largo y hermoso. En la investigación previa pude conocer del éxodo de tanta gente, el sufrimiento ocasionado por dictaduras de regímenes totalitarios, el hambre y la necesidad de encontrar un nuevo curso en la vida.

Agradezco a varias personas que me ayudaron a concebir la idea, a otros que propiciaron el proceso de creación, a tres muchachas venezolanas que me ayudaron directamente en la creación, motivadas por el "dripping" y el color, y a Eduardo Tulio, un portugués amigo, artista y promotor del mural. 

Título: Innisfree. (poema de William Butler Yeats*)

Técnica: Carboncillo y acrílico sobre lienzo. 5 x 2.50 m.

Emplazamiento: Arbeiter-Samariter-Bund. Erlangen, Baviera. Alemania.

Autor: Hermes Entenza.

Colaboración

Mariangel Quiroz. (Venezuela)

Ana Victoria López. (Venezuela)

Gabriela Ramos. (Venezuela)

Eduardo Tulio. (Portugal)

Gestión y financiación del proyecto

Artur Zwanzger. (Alemania)

Tim Blümel. (Alemania)


*La isla del lago Innisfree

Me levantaré ahora e iré, iré a Innisfree,

y haré allí una humilde cabaña de arcilla y zarzas;

nueve hileras de judías tendré allí, una colmena que me dé miel

y viviré solo en un claro entre el zumbar de las abejas.

Y allí tendré algo de paz, pues la paz viene gota a gota

y cae desde los velos matinales a donde canta el grillo;

allí la medianoche es una luz tenue, y un cárdeno brillo el mediodía,

y colman el atardecer las alas del pardillo.

Me levantaré ahora e iré, pues siempre, día y noche,

oigo el rumor del lago ante la orilla;

cuando estoy en la calzada, o en las grises aceras,

lo oigo en lo más hondo de mi corazón.

William Butler Yeats.


The lake isle of Innisfree

I will arise and go now, and go to Innisfree,

And a small cabin build there, of clay and wattles made;

Nine bean rows will I have there, a hive for the honeybee,

And live alone in the bee-loud glade.


And I shall have some peace there, for peace comes dropping slow,

Dropping from the veils of the morning to where the cricket sings;

There midnight's all a-glimmer, and noon a purple glow,

And evening full of the linnet's wings.


I will arise and go now, for always night and day

I hear lake water lapping with low sounds by the shore;

While I stand on the roadway, or on the pavements gray,

I hear it in the deep heart's core.

William Butler Yeats.

















sábado, 9 de marzo de 2024

El régimen cubano investiga por "graves errores" al ministro de economía recién destituido Alejandro Gil Fernández.

Lo sabíamos, desde siempre tuvimos la certeza, y los más tímidos, aquellos que nunca se atrevieron a alzar la mirada, lo intuían; pero los criterios sobre los pejes gordos salen caros, y es mejor hacer comentarios de pasillo, con los ojos asustados y hablando bajito para que los chivatos no informen sobre la falta de respeto que se comente al dañar la imagen de un alto dirigente "dedicado en cuerpo y alma a salvar la economía del país".

Siempre hemos conocido de la aberración del poder absoluto, donde un animal de carga no puede ni debe emitir criterios "erróneos" sobre los dirigentes de la revolución.

La historia se ha repetido tantas veces, que la cueva de Platón, donde sólo vemos imágenes distorsionadas, se ha convertido en nuestro modo de vida.

Pero muchos seguíamos empecinados en querer ver la verdad, y los hilos estratégicos de un sistema que nos imposibilita divisar la realidad, nos lleva a la única gaveta abierta para nosotros, donde hay dos opciones: intuir que la mafia es parte del poder, y optar por aplaudir con vehemencia el descalabro, o caer en el jamo, acusados de profanar a los altos dirigentes de una revolución triunfante.

Hay de todo en Cuba. Muchos --quizás menos a partir de hoy-- todavía aplaudirán y darán loas a este engendro, asegurando que a partir de ahora las cosas funcionarán como es debido. Otros seguiremos observando la debacle, sabiendo que nuestra historia en las últimas seis décadas está plagada de estos "explotes" a veces masivos. La lista de reventados es larguísima, y temo dejar fuera a muchos nombres cardinales en estos blanqueos típicos en la política cubana.

Desde Manuel Urrutia, en los comienzos de esta saga, hasta hoy, con Alejandro Gil, son más de cincuenta personajes de primer nivel que desaparecieron del panorama público, acusados de traición, malversación etc. etc.

Hay una leyenda oral que cuenta sobre un programa especial para estos funcionarios de gama alta, y le llaman Plan Pijama. Yo no sé si es verdad,  pero entiendo que es una falta de respeto al pueblo, si es que existe. Como quiera que sea, de ser cierto, la escasez de tela en la isla se debe a la cantidad de pijamas en uso por dirigentes partidistas que alguna vez molestaron y/o armaron cabeza de playa. Todos deben ser ricos con cuentas fantasmas en el fin del mundo, y sus días serán placenteros, con alimentos de alta cocina y el disfrute de un día soleado con el buen café y un puro. Son ideas que me invento, pues el gobierno nunca ha informado si el Plan Pijama es cierto.

Toda la corrupción en el alto mando la sabíamos, pero no podíamos decirlo porque es pecado mortal herir la sensibilidad  de una revolución que "avanza" aunque le duela a muchos.

Hoy me he levantado con las redes al rojo vivo, y cuando leí la nota oficial, solo atiné a sonreír amargamente.

Veamos: 

El tipo, Gil, según dice la declaración oficial, ha confesado su culpabilidad en hechos, supuestamente de malversación y corrupción, renunciando, incluso, a su condición de miembro del Comité Central del Partido y de Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Vaya notición, como si el pueblo  no lo supiera. 

Desde hace un buen tiempo economistas con visión, han estado alertando cosas, pero claro, lo repetiré hasta el cansancio: Las vacas sagradas son intocables por el pueblo, y solo cuando no conviene, sabe Dios por qué,  es que de "arriba" dan la orden, y la cabeza rueda por la escalera de hormigón. 

Todo esto del caso Gil, es solamente lo que vemos del iceberg, debajo cargamos con el empecinamiento ideológico, el odio al que piensa diferente, la persecución, los actos de repudio, la prisión por causas políticas, el destierro de cubanos porque no gusta a la oficialidad su forma de pensar, los que están varados fuera del país y que el gobierno no los deja entrar a su patria, los artistas presos solamente por usar la bandera como elemento estético, el miedo a hablar porque nos pueden tronar en el trabajo. En fin, la corrupción tiene muchas formas de manifestarse, y Gil, desde su trono, sirvió de látigo para subyugar al pueblo. Cuando la corrupción baja hasta las masas de a pie, y sufre prisión y segregación aquel que piensa diferente, qué podremos esperar de arriba, donde el accionar no responde a nada ni a nadie.

Parece que  no sabían lo que estaba haciendo el Gil...¿En serio? 

En un país donde la Seguridad  del Estado le sabe la vida al carpintero del barrio, es incomprensible que un ministro de economía y finanzas pueda hacer y deshacer a su antojo.

Pero eso no me importa ahora, ni siquiera saber qué le espera al Gil. Prefiero centrarme en otra cosa:

El estallido social del 11 de julio del año 2021 sucedió cuando el país entraba en el colapso. El pueblo salió a las calles pidiendo libertad, con hambre y desesperación. 

Si Alejandro Gil es culpable (no el único) del caos que impera en el país, entonces los mil y tantos presos políticos que habitan las cárceles cubanas, son inocentes.

Si el gobierno de Diaz-Canel quiere comenzar a hacer limpieza moral, deberá mover mucha tierra para poder lucir bien, si es que puede y tiene valor de hacerlo.

La  nota oficial publicada en el diario Granma, termina diciendo:

"Como es de esperar, el enemigo desatará una nueva campaña propagandística contra Cuba, pero nuestro pueblo, como nos tiene acostumbrado, se mantendrá firme al lado de su Partido y Gobierno, fieles al legado del Comandante en Jefe y a las enseñanzas del General de Ejército Raúl Castro Ruz".

Es necesario aclarar que cuando dice "el enemigo", se refiere directamente a cubanos que están en desacuerdo con el sistema, y cuando dice "nuestro pueblo", cita a aquellos que han dado porrazos en los actos de repudio y en los estallidos sociales, aquellos que están allí donde les cae una migaja del gobierno, o los que, aterrorizados, hacen cualquier cosa para sobrevivir.

¿Qué esperan de la gente, que aplaudan por el linchamiento de un pez gordo, creyendo que a partir de ahora todo va a ir de maravillas?

Cuba tiene que ser otra. Cuba es un país hermoso, lleno de gente buena que desea trabajar en pos de su felicidad.

Si el gobierno cubano puede sacar alguna lección de este nuevo escándalo, debería hacer algo útil:

-- Amnistía para todos los presos políticos antes del supuesto juicio a Alejandro Gil.

--Aceptar que en Cuba hay miles de personas que piensan diferente políticamente, y darles oportunidad de expresar su opinión.

--Cese del acoso a ciudadanos que alcen su voz en contra de la injusticia y en contra del estado.

--Derecho pleno a la manifestación popular en contra de cualquier cosa.

--Convocar al pueblo para una Asamblea Constituyente y refundar la nación entre todos, sin el control del PCC.

--Aprobar y aceptar el periodismo independiente.

--Abrir la economía, de manera que es estado no intervenga absolutamente en nada, y solo reciba el pago de impuestos establecidos.

--Voluntad de propiciar la oposición en el parlamento.

--Convocar a elecciones libres sin el control del PCC.

Cuando esto suceda, entonces Cuba podrá caminar decentemente, y los tipos como Gil tendrán que informar al pueblo todos sus actos. 

En la Cuba futura posiblemente aparezcan otros Giles, pero el pueblo sabrá y podrá salir a la calle en multitudinaria manifestación, en protesta por semejante delincuente.

Hoy es en Día Internacional de la Mujer, y me da vergüenza poner una felicitación en las redes sociales, porque Cuba, ahora mismo, es un infierno para las mujeres, jóvenes y madres.

Cuba, definitivamente, tiene que ser otra.

Arrivederci,  Gil.

viernes, 1 de marzo de 2024


 FOTO TOMADA DE FACEBOOK

Miren, miren bien, esta es La Habana hoy. "La Ciudad Maravilla", la ciudad que un día fue referente para los viajeros, para artistas, escritores, gente de mundo que soñaba con La Habana como la ciudad que fluía leche y miel, con la dinámica cosmopolita que fue famosa en los cinco continentes, la perla de América que competía con New York cuando Miami era un pantano porque los cubanos no necesitaban irse a fundar en otras tierras.

Ahora cualquier cabeza de puntilla podría decirme: Es el bloqueo que nos tiene jodidos.

No lo hagas, mequetrefe, que en Cuba se organizan banquetes patrocinados por la familia real, vendiendo una imagen distorsionada de Cuba. Con el dinero que invierten en fiestas, desatinos y propaganda, podrían crear un ejército de camiones recogedores de basura, y sobra plata para reparar las calles.

Yo nunca he utilizado lenguaje burdo en contra de alguien o de algo cuando escribo sobre la realidad de la isla, pero debo decirles que ustedes, los que controlan el país, son unos descaraos desvergonzados y unos mierdas. Han destruido la ciudad más hermosa, matando toda la belleza y grandeza de lo que fue la ciudad luz. Hoy es el infierno.



 EL EMIGRANTE ANTE EL ESPEJO

Por una extraña e inteligente vocación 
del cuerpo,
cada veintiocho días nuestra piel es otra.
Muta como el fuego, devorándolo todo.

En diez años
la regeneración celular 
nos habrá cambiado con tanta intensidad
que solo quedará el alma
como guarda de antiguos tesoros.

Por otra extraña, y no sé 
si inteligente vocación,
en una década mi cuerpo no sabrá
nada de una patria escondida
en la garganta,
rodeada de pieles nuevas
pero oculta y sin posibilidad 
de ser partícipe de la nueva encarnación
ni de ser reciclada como ente natural.

Podrá ser, quizás,
un mantra para invocar reflejos 
del pasado
o un aria perdida entre las
partituras.

El insoportable fluido sanguíneo 
no podrá recordar los sonidos 
de la mocedad
ni la espiral que alimentó horas
de fuga
por los caminos ya vencidos 
de mi patio.

No sabrá qué es un ciclón
ni una tarde en el arroyo
en la danza del claroscuro.
Desconocerá el sabor del 
vino barato, 
impulsado barranca abajo
en el portal.

Tampoco conocerá el hambre
ni la mísera estocada del tiempo muerto 
cuando las hordas del poder
arañaban mi puerta
lanzando dardos contra las 
estampillas coloreadas.

Mis nuevas manos no recordarán 
las veces que fueron amarradas 
junto al pozo,
ni la cuerda que apretó mi cuello
en la noche de todos.
No sabrán del temblor y la sudoración
cuando el censor amenazaba
omitiendo la ruindad de un país enfermo.

Tener un cuerpo nuevo tiene sus ventajas,
y solo,
para alinear datos
fugas
canturías,
quedará la mente registrando
la larga marcha  
en la Finisterra 
que ahora se antoja como 
un viejo manuscrito 
archivado en un bolso de viaje,
oculto entre los manteles desechables 
del hogar.


Una mujer se casa con un árbol, otra dice que es un caballo y se comporta como tal. 

Un hombre en Francia, vestido de novio y de novia, se casa con sí mismo.

Unas japonesas tienen sexo grupal con piedras.

Existe, en pleno siglo XXI, una sociedad terraplanista que cada día gana más adeptos.

Parece que la raza humana enloqueció, y el aporte de Cuba es letal:

Estamos gobernados por mafiosos que dicen que son un Partido Comunista.

El presidente del país padece de dislexia, y el pueblo está obligado a aplaudirlo mientras este se pasa la puñetera vida paseando con su esposa.

Dicen oficialmente que en los mares de la isla no hay peces.

Tampoco hay pan, ni leche.

No hay electricidad porque semanalmente las termoeléctricas entran en "reparación".

Las prisiones están repletas presos con sanciones terribles, solo por decir abiertamente que el sistema es un fracaso.

El gobierno dice ser humanista,  pero el pueblo está muriendo de hambre y carencias de todo tipo, y aún así, la primera dama organiza banquetes y festivales internacionales, mientras el presidente aprovecha cualquier oportunidad para gritar: ¡Somos continuidad!

Entonces,  ¿Cómo voy a molestarme por unas mujeres que se acuestan con seborucos o se creen caballo, con un tipo que se casa él mismo, o con una comunidad internacional de infelices que cree que la tierra es un plato?

No jodan.

 

viernes, 23 de febrero de 2024


La Lupe.

Conversación con Lupe Amelia, una muchacha refugiada en Alemania. Alegre, improvisadora, con un corazón más grande que Europa, amiga de todos y con inmensa sensibilidad.

—Llevo un año en Europa, y todavía no me adapto al frío, a la exactitud de los trenes, ni al café aguado, pero soy feliz.

—Pero aquí puedes encontrar café fuerte en los mercados.

—Sí, lo sé, pero si me tomo un cafecito de esos, me vienen a la mente muchas escenas de mi patria, y prefiero negarme a tomar café bueno.

 

Me fui de Venezuela porque la vida se nos hizo imposible. ¿Extrañar? Mucho, pero he llenado mi bolso de las nostalgias con otras cosas que me han ayudado a ver y a sentir que la paz es la mejor vía para encontrar esa cosita que muchos le llaman felicidad.

 

—Te escuché hace un rato, cuando conversabas en tu mesa, que estuviste en Cuba. ¿Me cuentas?

—¿Cuba? El mejor sol del mundo. Varadero la mejor playa que he visitado, y créeme, que conozco muchas. Cuba es la mayor contradicción en mi vida.

Te cuento:

 Cuando llegué a Varadero pensé que el piloto se había equivocado de ruta y habíamos llegado a Miami... ¡qué Miami, más, más glamour!

Esa primera noche fue un paraíso; la habitación de princesa, el trato de los trabajadores mucho más cálido que en otros lugares famosos; la mesa buffet tan creativa y variada como en Dubái. Me dije: carajo, es verdad que Cuba es un paraíso.

Cuando acabé de cenar, se me acerca una joven trabajadora que preparaba el buffet. Pequeñita, con cara de niña y cierta tristeza en sus ojos.

 

—¿Ya terminó?

—Sí, gracias. Ha sido una exquisita cena.

—¿Las sobras de su mesa me las puede dar a mí, para ponerlas en este bolso que tengo escondido?

 —Claro que sí. Seguramente podrás tener mucha comida para ¿los animales del hotel, o de tu casa?

—No, señorita, son para mi familia y para mí. Nosotros en Cuba no podemos comprar nada de esto que usted come. No podemos desayunar en nuestra casa si no tenemos lo que sobra en las mesas. Cada trabajador del restaurante tiene sus mesas para hacer “la lucha diaria”. Perdóneme, ahora usted puede decirlo en alta voz y crearme un problema.

Me sentí muy mal, y comencé a entender que todo no es como lo vemos los turistas.

Decidí hacer algo mejor, y le dije:

 —Mira, a partir de mañana, vendré siempre a esta mesa tuya. Voy a tomar del buffet muchísimo más de lo que voy a comer, lo mismo en el desayuno , almuerzo y comida. Prepara un bolso grande y todos los días te llevarás comida limpia para ti, no las sobras.

Así lo hice diariamente, pero las muchachas de las otras mesas supieron mi complicidad, y sus caras reflejaban la ansiedad por tener la buena comida.

Creamos un mejor plan: desde ese momento mi novio y yo decidimos entrar al restaurante en diferente hora y distintas mesas, de manera que otras pudiesen tener la misma posibilidad.

La muchacha que trabajaba en el mostrador me mostró la foto de sus niños, y diariamente le dábamos dos potes inmensos de helado, total, los turistas no lo comen, y se pasan el santo día bebiendo mojitos frente al mar.

 En los 10 días en varadero, salió del hotel más comida de la que consumimos todos los que estábamos hospedados.

Fuimos a la tienda en divisa y compramos toallas, perfumes, champú, golosinas, y se las entregamos a la chica X, la de mi mesa. Vimos a lo lejos que ella, feliz, repartía en segundos toda la mercancía entre las trabajadoras del restaurante, que miraban y olían los productos con una felicidad indescriptible.

 

Cuando nos fuimos a La Habana por tres días antes de regresar a nuestro país, todas fueron a despedirnos en un saloncito pequeño, fuera de la vista de los jefes.

Dimos el nombre del hotel al que íbamos y preguntamos si conocían a trabajadoras allí.

Cuando llegamos nos estaban esperando.

La Habana era totalmente diferente a Varadero. Es una ciudad que respira aires señoriales, pero en total destrucción y miseria. Mucha carencia, rostros más tristes, y “la lucha” más despiadada.

 

 La trabajadora que nos esperaba, la muchacha Y, nos recibió con lágrimas en los ojos. Le dijimos que haríamos lo mismo que en Varadero. Ella nos dio el “tutorial”: Teníamos que evadir al personal de la administración y a la policía, porque si se enteraban, simplemente les quitaban los productos y se los apropiaban, o tenían que pagar 5 dólares por cada bolso de sobras o comida íntegra  que se llevarán a casa.

Así fueron los días de La Habana. La última tarde nos citamos con la muchacha Y. Vivía en un edificio destrozado en el centro de La Habana Vieja, muy cerca del mar y frente a un bar lleno de turistas, con las calles atiborradas de basura y mal olor.

Su hogar colgaba de un ángulo destruido en el tercer nivel de lo que fue un bello edificio. Los pisos habían perdido los mosaicos y la miseria alcanzaba hasta el alma de todos.

Nos presentó a su niña y a su mamá, humildemente vestida, y sentados frente a una mesa, cenamos congrí con yuca y trocitos de carne de puerco que nosotros habíamos sacado del hotel.

 El aire caliente, húmedo e intoxicado con la mezcla de gas y los detritus que llenaban la calle, no evitó que la tarde fuese entrañable.

 

 Cuando nos despedimos le dijimos que queríamos ayudarlos, regalándoles 100 dólares, pero no aceptaron.

Nos sentimos culpables de haber aterrizado en Cuba, pensando que era un paraíso, sin saber cómo vive el pueblo.

Entonces la muchacha nos dijo: ¿vieron cómo vivimos? Pues somos privilegiados por tener la posibilidad de trabajar en un hotel; imagínense la mayoría de los cubanos que nunca han probado ni sueñan probar algunas cosas que ya nosotros, al menos una vez en la vida, hemos tenido.

 

—Sabemos que en Cuba todavía se puede estudiar. ¿Por qué no estudias algo?— Le preguntamos.

—Sí, se puede estudiar. Soy licenciada en pedagogía, pero con el salario de una licenciada nos moriríamos de hambre— Me contestó.

 Mi estupor fue inmenso, y mi tristeza mayor.

Nos fuimos después de un fuerte abrazo. Teníamos la forma de contactarla por teléfono, y apenas llegamos al hotel, la llamamos diciéndole: Muchacha Y, en una rendija, debajo del mosaico tal, a la derecha de la mesa, te dejamos 200 dólares.

 

 Lupe termina llorando.

 –Mira, estamos llenos de mentiras, y son cosas tan simples el comer, vestir, soñar y pensar como queramos, que no podíamos creer cuando nos decían que Cuba es un desastre económico y social.

Venezuela, mi país, era el más rico de América Latina, y el poder absoluto del estado con su empecinamiento por un sistema fracasado, y la corrupción heredada del modelo cubano, lo ha destruido tanto tanto, que tuvimos que largarnos y llevamos un año lejos, extrañando el paisaje, el azul del cielo, pero sin miedo a vivir.

 

Nos dimos un abrazo con la seguridad de vernos de nuevo.

 —Mira—Me dice. —Tu país tiene tremenda música, pero para que veas cómo va mi país, escucha a Canserbero, búscalo en internet. Quizás no te guste el ritmo (Me vio pinta de rockero) pero escucha el mensaje. A ese tipo lo mataron, y fue el gobierno quien lo asesinó.

 

Nuremberg. Febrero 17 y 2024