Justo el día de un gran recital de poesía
en la ciudad, tres poetas han desaparecido sin dejar rastro. Ha sido un hecho
insólito en la historia local.
Muchos colmaron la sala del teatro hasta
bien tarde en la noche, esperando la aparición de los tres literatos en la
velada cultural del pueblo, pero fue en
vano. Después de dos días ha sonado la alarma entre los ciudadanos.
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Genaro Rodríguez: La ciudad no se resigna a perderlos. |
El señor Genaro Rodríguez, director de
Cultura, conversó con los desaparecidos justo en la preparación del evento
artístico, horas antes de la desaparición; recuerda que Poeta 3 bebía unos
tragos en los portales de la casa de Poeta 2, mientras Poeta 1 preparaba un
extraño bolso de viaje cargado de libros
viejos para regalar en el recital. Poeta 3 reía a carcajadas y obviaba los
insultos de su novia, también ebria, y la esposa de Poeta 2 llamaba al orden.
«Nunca ha sucedido algo así, nuestra ciudad no se resigna a perder a
nuestros talentos», comentó Genaro.
Felicita, la esposa de Poeta 2, dice que
ellos estaban preparando algo raro. «Recuerdo –nos dice- que minutos antes de desaparecer, Poeta 1 y
Poeta 3 le dijeron a mi esposo que me diera un gran beso, y así lo hizo, solo
que no entendí en ese momento de qué iba todo. Simplemente cerraron la puerta del cuarto de estudio de mi esposo y
luego vino un silencio. Pasaron las horas y todos creíamos que estarían allí,
hablando de literatura o bebiendo, pero la preocupación aumentó al ver que
llegaba el momento de comenzar el recital; entonces llamamos a la puerta y
nadie contestó. Pasada esa noche, entre el ir y venir de vecinos, amigos
intelectuales y familiares, decidimos echar la puerta abajo ya al amanecer, y cuán grande fue la sorpresa al ver la
habitación vacía.
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Felicita, esposa de Poeta 2, espera preocupada. |
Felicita nos muestra el salón de estudio de
Poeta 2. «Yo no acabo de entender, –comenta- estoy consternada, pues mi marido
nunca ha sido un hombre problemático, no en este sentido de perderse con
amigos. Su única afición era escuchar hasta bien tarde los Nocturnos de Chopin
y hablar mal, a escondidas, de Poeta 1 y Poeta 3. Aunque desde hace un tiempo
la relación de ellos se hizo más estrecha, él siempre decía que estos dos
jóvenes eran miserias literarias, con poco conocimiento e ínfimo talento para
escribir».
Martica, la novia de Poeta 3 dice que no
sabe nada, solo sospecha que este tiene una relación amorosa con una mujer
alcohólica de la ciudad de Trinidad, pero no sabe por qué Poeta 1 y Poeta 2
también han desaparecido, pues ella está convencida que ninguno de los dos
hubiese admitido el desliz de su novio. También confiesa que la amistad de
estos tres escritores nunca fue tan grande como piensan: «Recuerdo las noches
de desvelo en mi cuarto –dice - cuando Poeta 3 escribía largos tratados en
contra de Poeta 1 y Poeta 2; decía que eran malísimos escritores, y además,
poco confiables como personas. Yo no le hice mucho caso, pues a pesar de sus
escritos y sus encontronazos, siempre se les veía juntos. Solo han dejado una
foto confusa y extraña. Se llevaron todos los poemas y cartas, incluso aquellas
que me enviaba Poeta 3 cuando éramos solo amigos».
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Martica, novia de Poeta 3 |
Concha, trabajadora de la Casa de la Cultura, dice que ha
tenido por años una excelente relación con los tres escritores, sobre todo con
Poeta 2, que siempre ha sido su buen amigo y consejero.
«Es un hombre -opina Concha- amable, culto e integrado; me da los buenos días y da gracias por
cualquier atención, cosa rara hoy. Poeta 3 es más simpático y le gusta el
trago, habla más alto y fuma demasiado. Poeta 1 es callado y también fuma, está
integrado a las organizaciones de masa y se rasca los genitales en público,
cosa que le ha costado severas reprimendas de Poeta 2, pero es también un buen
muchacho».
«El único momento difícil que yo recuerde,
-dice Concha- fue aquella gran discusión, en un taller literario, donde salió a
flote una carta que Poeta 1 envió a distintas editoriales del país, en la que
decía que Poeta 2 era un farsante, que sus clases de literatura eran un fracaso
y que su obra no merecía ser publicada; además, que esa sórdida relación con un
alcohólico como era Poeta 3, traería mala reputación a la Casa de la Cultura.
Para algunas
cosas los tres eran inútiles, claro, para esas cosas prácticas de la vida como
ordenar las sillas de la Casa
de la Cultura,
reparar la instalación eléctrica del edificio o hacer la cola en la tienda
cuando viene la cuota, pero en general eran excelentes ciudadanos. No sabemos
qué ha pasado; les preparamos a los tres un tremendo recital de sus poemas, y
habíamos conseguido varias botellas de ron, a pedido de Poeta 3. Todo estaba
listo, vino muchísimo público a verlos, pero mire usted qué raro, algo extraño
tiene que haber sucedido».
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Concha:
Eran excelentes compañeros, los extrañamos mucho. |
El parque central es el sitio de
encuentros; una veintena de personas esperan las noticias de los desaparecidos.
Poeta 1 y Poeta 3 eran conocidos en los
espacios públicos del pueblo. Poeta 1 pensó siempre en ser líder de una banda
de Jazz; estudió idioma Polaco en la Facultad de Lenguas Extranjeras en La Habana, fue miembro en la
capital de varios proyectos de creación poética, actividad que se vio premiada
con la publicación del poemario El
Retorno del Séptimo. Hace una década regresó a la villa, lugar donde ha
escrito varios cuadernos y ha impartido charlas de Poesía Polaca Contemporánea
en la Casa de la Cultura.
Poeta 3 estudió percusión en la escuela
elemental de música. Conformó, junto a Poeta 1, una pequeña banda de Jazz con
la cual daba sendos conciertos en varios lugares públicos, incluida la casa de la Cultura. En los
últimos años su dependencia del alcohol se hizo evidente; esto trajo la
disolución de la banda, aunque la amistad con Poeta 1 no sufrió trauma. Era
común verlos, junto a Martica, todas las tardes sentados en el pequeño malecón,
a la vera del río, hablando de literatura y tomando aguardiente Santero.
Publicó los libros Látigos de la Noche y Confesiones en Rondó.
Poeta 2 nació en Encrucijada y deshizo
muchos caminos para llegar a nuestra ciudad y ser el profesor de muchos
escritores jóvenes, incluidos los Poetas 1 y Poeta 2, por los cuales llego a
tener sincera devoción, aunque sabemos que la relación entre ellos tuvo sus
altas y bajas.
Fue sacerdote Católico Liberal en Zulueta,
provincia de Villa Clara. Después de obtener por correspondencia un título de
Maestro de Literatura Esotérica, expedido por la Hermandad del Loto, en
Maryland, Estados Unidos, se dedicó a enseñar Poesía Comparada, obteniendo
una plaza de asesor de Literatura en la Casa de la Cultura de la ciudad.
Publicó ensayos literarios en diversas revistas especializadas del país y el
poemario Cadenas Cartesianas.
El mundo intelectual de la ciudad está en vigilia. Nadie sabe con certeza qué ocurrió en el salón
de estudio de la casa de Poeta 2. No hay señales para poder seguir un cauce.
Definitivamente una salida literaria deberá ser el final, pero es pura
especulación, pues podría suceder cualquier cosa en este mundo, y nosotros,
simples mortales, no alcanzamos a ver ni un ápice de la realidad.
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Única foto encontrada de los poetas desaparecidos. |
Tenemos miedo. Nacemos con el ancestral
miedo a la muerte, a la noche, a la separación; y no entendemos todavía cuando
el reloj suena a deshora o cuando unos escritores pierden el camino de regreso.