lunes, 28 de marzo de 2016

Reencuentro



Han pasado más de treinta años de aquellos terribles e improductivos días del Servicio Militar. Mi amigo y compañero de penurias, Josué, no recuerdo ya su apellido, fue encerrado en el calabozo de la mugrienta unidad por un mes, y además, obtuvo la sanción de estar un año sin derecho a licencias o vacaciones. El delito era poseer entre sus bártulos una revista promocional  dedicada especialmente a la obra de los Rolling Stones

Nos maravillábamos al ver por primera vez una página completa y en colores con aquellas fotos de la banda en pleno concierto o Mick Jagger sentado en un inmenso sofá junto a Keith Richards y Charlie Watts.

Era el año 79. Una foto de los Rolling Stones, Los Beatles o cualquier otra estrella de la música Anglosajona, era una dádiva del cielo, y nuestro amigo Josué, que poseía los contactos familiares para tener toda la información sobre la música Rock, era el gurú que nos traía desde Luyanó todos los meses, parte de su colección de revistas y fotos de cuanto rockero aparecía en la palestra.

Pero el teniente Perera (que sí me acuerdo de su apellido) rompió el cordón informativo de cuanto sucedía en la escena musical del mundo, castigando a nuestro amigo, acusándolo de aquella condición humana que servía de marca para toda la vida: Diversionismo Ideológico.
Después de licenciarnos del ejército nunca más supe Josué.El viernes 25, en el fantástico concierto de los Rolling Stones en La Habana lo recordé con cariño y gratitud. Quiero creer que estaba allí, cerca de mí, bailando y cantando Satisfaction. Quiero pensar que estaba allí, de visita porque seguramente partió hacia otras tierras y vino a disfrutar de los Stones porque él también recuerda al Teniente Perera y el frio calabozo. Seguramente lo vi, juro que lo vi encarnado en cualquiera de los miles de cincuentones que aplaudían con lágrimas en los ojos, asombrados de tanta luz.

Un vecino me preguntó hoy: ¿Pero son tan importante esos viejos peludos que se han adueñado de las noticias en la TV?

Si analizamos el arte de la forma más pragmática podemos decir que no, que no son tan importantes como un científico que descubre la cura para el Cáncer o un maestro que nos enseña a leer; si lo vemos así, el arte no sirve para nada; pero el arte no es solamente la obra creada, es también la reacción del consumidor, los efectos que consigue por dentro de nosotros, los recuerdos que activa, los deseos de libertad y la catarsis de encontrarla en una canción que fue nuestro himno en la adolescencia.

Allí estaba Josué, y nos miramos desde lejos y nos reímos de lo lindo, tatareando Angie bien adentro, recordando las noviecitas de ayer.

Y hay más: Bailar ante todos, darnos la mano en plena calle junto a muchos amigos haciendo la rueda, como en un santuario Hippie, y comulgar con los sueños que siempre estuvieron allí, pero medianamente clausurados.





El teniente Perera debe ser un viejito retirado. Seguramente ha visto las noticias en la Televisión, pero no recuerda, no recuerda nada, pues para él Rolling Stones es algo muy abstracto.

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