domingo, 14 de abril de 2024


 Sonetos pícaros de mi libro inédito
La Strada

(Sección La Alquitara)


Dos lesbianas muy viejas
desayunan

Deseo acariciarte las guedejas
que rozan sin piedad la mantequilla,
quisiera desnudarte en esa silla
y sin nervios ir lamiendo tus callejas.

El mundo pensara que par de viejas
no saben disfrutar de una morcilla,
pero será mejor pan con tortilla
caliente en el anafre sin tus quejas.

Mi dedo es como pija sin cordojo
que quiere estar hundiéndose en tus nidos,
mordiéndote las nalgas con el rojo

carmín que hallé en tu boca y los caídos
pezones que se empinan a mi antojo,
bailarán con mi concha y mis quejidos.   

Van poetas discutiendo entre ellos
quién es el más culto

He leído a Sor Juana y a Kundera,
a Borges a Platón y a Mayakovski,
disfruto todo el cine de Tarkovski
y en arte tengo libros de Mosquera.

Y yo he tenido a Stendhal y a Cabrera
Infante en mis almohadas con Bukowski;
soñando con Bretón y hasta con Trotski
le hice el sexo oral a mi librera.

Oigo a Pink Floyd, a Silvio y a Moncada.
Y yo a Serrat, Fito Páez y Aragón,
recito la Canción Desesperada,

leo a Vallejo, a Virgilio y a John Donne,
y si hablamos de cine vi La Strada
con Nogueras y Lezama en un rincón.


Un enano desnudo va
pasando frente al sagrario

No comprendo el porqué de esta locura
mostrando mis vergüenzas a la gente,
despierto aquí desnudo y velozmente
emprendo la carrera con pavura.

No tengo buen oficio ni estatura,
ni nada en este mundo que sustente
el mostrarle mi badajo a la decente
cristiandad asustada junto al cura.

Tendré que refugiarme en mi mansarda,
huyendo velozmente del sainete,
y oculta en la vedija mi espingarda,

risueño marcha ya este mozalbete
con tierno corazón que siempre guarda
ver monjas goloseando mi estilete.


Los dos se mientan  la madre

Me cago en la artesana de tus días,
la imbécil que te trajo a esta parcela,
que se preñó con názora de vela,
trayendo a la ciudad sus puterías.

La tuya es suripanta ¿Lo sabías?
El brillo de una pija la desvela,
meneándose con ritmo de vihuela
con ansias de sumarse a las orgías.

Tu madre es lo peor. - Peor la tuya
que es liviana y famosa en el cuartel,
que suda y con fruición traga la puya.

Pero aquella tiene el himen cual clavel,
si lo afeita los hombres la hacen suya
repartiéndose entre todos el pastel.


Está una prostituta añorando más dinero

Primero fue un gitano en la carreta,
después el monseñor del consistorio
y mostrando su sed, sus abalorios,
cerré mi noche en paz con un poeta.

Tengo dinero limpio en mi coqueta,
cien florines gané con el jolgorio,
quisiera que llegara Juan Tenorio
y seguir apuntando en mi libreta.

Yo sueño con tener un alcahuete
que haga llorar mis ojos cual cebolla
teniendo de acreedor al vil tolete

que deje entre mis senos la borbolla,
bailando con canción, con un motete
y el salario para encender la olla.

 
 Fray Bernardo se calienta
 con una foto de Rihanna

Me voy a emborrachar pues Dios no existe,
lo supe apenas vi en la sacristía
desnuda, apabullante, en plena orgía
un póster de Rihanna. Dios no existe.

Recuerda Fray Bernardo que rompiste
las bromas con el mundo, la entropía,
dejando en el dosel un mediodía
el morbo por mujer, eso dijiste.

Pero sigo embarcado en el peniche
que trae a mi alma todo el espejismo,
matando el corazón con este afiche

que provoca en mi verga el paroxismo,
y ocultando la foto, mi fetiche,
abrazaré por siempre el onanismo.

   
Un beodo no encuentra su calle

Mi hogar está en la calle Bellavista,
entre una casa azul y un hotelucho,
empero no aparece mi cuartucho
cuando estoy de felón como escapista.

Me inclino en humildad, que Dios me asista
la infamia de beber, contra eso lucho,
llorando pido acorro quando escucho
la copa que retuerce así mi vista.

El no encontrar mi calle es una nueva
jugaba de los dioses con el vino,
llenándome la alcuza cuando nieva,
de abere desandado mi destino.

Y así empinando el codo que me lleva
faza un tempo melhor, otro camino,
dispóngome a vivir en otra cueva.


Un pastor luterano
aconseja a una jovencita

Bendita en castidad maja fermosa
utiliza tu cuerpo sabiamente,
no le muestres tus curvas a la gente,
domina esa vagina poderosa.

Para más comprensión hay otra cosa
que debes meditar humildemente:
Yo debo ser quien palpe dulcemente
tus senos y esa fruta veleidosa.

Dios me hizo el elegido para hablarte
en lenguas, preparándote el futuro.
Sabrás que llegó el tiempo de sobarte

sintiendo entre tus piernas algo duro.
Verás mi espada honesta penetrarte
en plena santidad, te lo aseguro.


  Otro pastor de la teología de la liberación,
aconseja a la jovencita

Tu cuerpo es huracán muchacha bella
que anuncia los tormentos de la guerra,
un fusil de trinchera y de la sierra,
la esperanza del mundo y una estrella

solidaria en tu coño que destella
esperanza a los pobres de la tierra,
en una humanidad que al fin se aferra
a morir en tus senos cual centella.

En esta sociedad tan consumista
yo quisiera lamerte los pezones
buscando con orgasmo la conquista

de América que se alza con razones.
Sé cristiana, caliente y socialista,
camarada sexual de mis sermones.

       
      El violinista reprende a su hijo

Hijo mío te deseo desasnar
enseñándote con música, si puedo,
a expulsar afinado ese buen pedo
y tu alma no la vas a envenenar.

Se promueve al expulsarlo tu aladar,
desafinas, por piedad, metete en dedo,
si te niegas pues  tendrías que abastar

a la comarca. Libera en stacatto
por abere tener la melodía.
Para el ánima prosigue en moderatto,

vestro culo tendrá la esperecía,
dejando en la pared el sfumatto
y en suerte acabdaras la jerarquía.


El hijo de Onán

Qué pensará de mi Julio Cortázar
si  sabe que me hice una rayuela
al verte, estando yo de centinela,
posando tú desnuda en el alcázar.

Qué pensarán de ti, si en ese alcázar
tú misma propiciaste mi candela
errática mostrando tu espinela
leyéndome a ese tal Julio Cortázar.

Si fuera en ese alcázar solo un sueño
saltando en la candela, y despertando,
tendría que morirme junto al leño

que sigue cual Cronopio demorando,
vistiéndome de Fama, con un dueño
junto a Julio Cortázar caminando.


 La gorda Donatella se mira
  en el espejo

Me han traído una bestia al aposento
que deforma con odio mi figura,
negándose a mostrarme la hermosura
que ostenta por el mundo este portento.

No entiendo faza donde va este invento
con tanta aborrescencia y desventura,
mi cuerpo ya abondado de gordura
sufre de abere estar en el tormento.

Ese cristal malvado me somete
acoier mi fealdad con malestía,
me presto de abiltar en mi retrete

con saña, pues quebró toda osadía,
mostrándome otra imagen, un falsete
que rompo sin piedad, con alegría.


Paulette "La regidora"

Yo soy la gran Paulette, soy la indecente
danzando en el lagar con los viandantes,
faziendo abes la corte a los tunantes
y vídeme palpando lo imprudente.

Acojo a cualquier hombre en mi caliente
posada en peor barrio de Nantes,
cobrando el buen peaje a esos infantes
comiéndose mi coño en el relente.

Yo soy la regidora pretensiosa
del precio dislocado del sainete,
sacando de mi rabia peligrosa

la fuerza de follar como un arriete,
soltando mis fluidos color rosa
se va caliente el culo cual soplete. 

Un Mujik maldice el día en que nació

El demonio quitome a la muchacha
que soñaba ver conmigo en el altar,
esa moza con quien quise abeviguar
hallando acertamiento en una dacha.

Más el diávolo viose con el hacha
poderosa decidiéndose a abiltar
mis pasiones. Me decido a caminar
hacia un antro y llorar con la garnacha.

Maldigo pues mi burdo nacimiento
perdiendo mi fervor y toda argucia,
llevándome a la boca ese fermento

que deja en mi pensar toda la sucia
cadena de dolor y este momento
de hastío y de rencor por toda Rusia.


El carnicero se folla a su clienta

Ya debo ir descociendo lo soñado
al lado de esta roja carne fría,
huyendo del hedor y la behetría
palpándote ese cuerpo bien medrado.

Tus curvas tibias son, en buen estado,
un logro universal en geometría,
faziendo de mi morbo idolatría,
tomando della vita el buen bocado.

Te voy a penetrar entre las reses
dormidas para siempre, en sueño eterno,
te voy a calentar cual si fubieses

quemado todo el cuerpo de este infierno,
dejando en tus entrañas, si te meces,
el leño acalorado del invierno.

La soldadesca captura a un fisgón

Maldito sea el espacio, mare mía,
que existe entre ese cuerpo y el cerrojo.
Os juro, voy creyendo en el enojo,
merezco la prisión por lo que vía.

Tan solo comprendedme la poesía
de esa bella joven sin despojo,
desnuda, enjabonándose a su antojo,
y yo de verla solo moriría.

Entiéndanme soldados, fue imposible
evitar la bendita calentura,
llevándome a los ojos la terrible

obliganza de usar la cerradura
y abere con mis manos la inasible
manera de alcanzar tal fermosura.

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